"LA FORTALEZA DEL SER HUMANO ES CONOCER SU DEBILIDAD; SI QUIERES SER FUERTE SUPERA PRIMERO TU DEBILIDAD" "EL ILLO"

domingo, 22 de noviembre de 2009

EL CONDOR LEGENDARIO

POR FAVOR DA CLIK SOBRE EL ÍCONO O FLECHA DE PLAY QUE SE ENCUENTRA DEBAJO PARA QUE ESCUCHES ESTA HERMOSA CANCIÓN CUYA LETRA SE CONSIGNA SEGUIDAMENTE:






Soy folclor soy alegria
soy tristeza y desengaño(bis)
a mi me estan matando los años
y no me compongo todavia (bis)

Oye soledad, amiga del silencio
porque no vienes y calmas mis penas
que mi alma esta llena de horribles tormentos(bis)

Soy un hombre solitario
confundido en mis lamentos (bis)
soy como esos condores que el tiempo
lo va convirtiendo en legendarios (bis)

Oye soledad, amiga del silencio
porque no vienes y calmas mis penas
que mi alma esta llena de horribles tormentos(bis)

Cual gaviota solitaria
que se levanta intranquila (bis)
no encuentro la condor legendaria
que endulce lo amargo de mi vida (bis)

Oye soledad, amiga del silencio
porque no vienes y calmas mis penas
que mi alma esta llena de horribles tormentos(bis)


viernes, 20 de noviembre de 2009

UN DESTELLO DE DESANIMO Y DE ILUSIÓN


Siento el día de hoy como si fuera ser el mañana de siempre, la noche como la profundidad del mar y extrañamente igual al día, el amor como el odio, la rabia como la alegría, el entusiasmo como el desanimo, el desespero como la paciencia, el amor como el desamor, los recuerdos como el olvido, la lucidez como la locura, los colores como los sabores, el hambre como la llenura, el cansancio como el descanso y la vida como la muerte.

Se entremezclan las emociones sin fijar límites de su posesión y el sentimiento mudo no distingue entre la sonora catarata de la esperanza y la ecuánime desilusión. El remolino de colores se opaca dejando consigo manchas macilentas que empañan los ojos del alma y del corazón, los mismos que gimen y se conduelen en su martirio rebosante que sólo el clavado en la cruz puede servir de consuelo para un sufrimiento execrable provocado por el recuerdo de los olvidos del ayer.

Ese ánimo robado por los facinerosos resentimientos imaginarios de la mente contrariada no la entiende el corazón, éste no nació para pensar; sino para sentir, y es precisamente su talón de Aquiles el que su pasión nostálgica sea su perdición trágica en medio del amor.

A pesar de todo el dolor sentido, me llama la atención las cortas palabras enumeradas en un antiguo libro por aquel pescador que renunció a su oficio para seguir a un carpintero embelequero, frases que hacen mella en la autómata tortura mental; así la imaginación se escapa sacudiéndose de los derroteros del amor, se eleva y alcanza el fulgor puro y deseado desde la infancia en un estado devino, sublime, hermoso, es todo y no es nada; lástima que dure menos que el suspiro profundo que lo despide.

Son las manos ásperas, rugosas y toscas de esos humildes trabajadores los que me llenan de consuelo tratando de quitarme una sonrisa dentro del irrisorio sufrimiento pernicioso; en vano los esquivos, el olor a pescado y a aserrín que llevan en sus ajuares ha penetrado los oídos que no escuchan y se ha posado en mi visión ciega, dejando una agradable sensación de esperanza que sin saber si es alcanzable y por eso es esperanza, por si sola dimana tranquilidad y consuelo y aniquila la nostalgia.

No logro entender cómo esas rudas, toscas y robustas manos forjadas a partir del trabajo ordinario pueden acariciar con tanta ternura mi corazón rugoso, cómo esos seres de previsibles destinos crueles pueden generar esperanza, cómo de su vida sufrida brota el amor que llena el vacío de mi alma, cómo su recto proceder enderezan el torcido camino del oprimido, razón tiene la fe de enseñar lo que no se ve y de hacer sentir lo que no se siente, es precisamente el destello de comprender lo incomprensible y de amar sin ser amado lo que no me deja perecer.

El carpintero ha hecho su trabajo a la perfección una vez más, ha esculpido de un madero podrido la bella figura de la esperanza incrédula, ha elaborado la bella mujer que vendrá a mis brazos, esa de blonda cabellera, esa que sin poder imaginarle el color de sus ojos me mira desde ya con amor, cariño y ternura, aquella que sin poder saber cómo es su nariz, huele mi fragancia de huérfano afecto pasado perdurable; aquella que sin saber cuál será su boca, me muestra sus labios delineados como el horizonte del mar adornado en el fondo por el ocaso del sol en día despejado, labios fervorosos que me besarán en tiempo y momento oportuno al vaivén de los sentimientos y emociones puras y animales, aquella mujer que sin cara me muestra su perfil y que me hechizará con el entusiasmo de la importancia femenina que enaltece al hombre noble y engreído, aquella que sin prever cómo será su cuerpo me muestra sus curvas seductoras alejadas de la belleza artificial, piernas inimaginables que conturbarán la pasión en que se mezclarán dos en una sola persona, no escucho la voz aún, pero sé que encantará mis oídos con su voz mansa, paciente, risueña, coqueta y querida. No la veo pero la siento, no la escucho pero hablará, no me ama pero me amará, no la amo pero la amaré. Si ya existe ha de llegar, sino existe la pensaré, sino me encuentra la encontraré, si no nos buscamos, nos encontraremos.

Ilusión radiante que me anima, paciente esperaré como dice aquel pescador que el carpintero le enseñó a sanar, a que llegue el amor que me sane ó que me sane el amor que no llega.

Mujer preciosa te esperaré, espérame tu también, si ya te he visto lléname de amor, sino te he visto permíteme que te llene de amor. Quiero pasión no perversidad, quiero cariño no apego, quiero afecto no admiración, quiero espiritualidad no fanatismo, quiero amor puro y verdadero lleno de defectos y debilidades pero ante todo reciprocidad de emociones perennes. Sin buscarme me encontraras, sin buscarte te hallaré. No sé dónde estarás, ni si no te veo al verte, adiós mi consentida linda, adiós mi dulce princesa, llénate de emoción cuando mañana, no sé el día ni la hora, leas esta carta del corazón que te ha esperado para siempre.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

EL CAMPESINO EMBEJUCAO

Como en otras publicaciones tengo el honor una vez más de resaltar la vida del campesino que lucha y trabaja y que en su ardua labor se encuentra acosado permanentemente, además por la injusticia social, por el conflicto interno colombiano, que igualmente puede aplicarse a cualquier otra nación con diferentes matices. En ese sentido, los campesinos son obligados por los grupos paramilitares o Autodefensas Unidas de Colombia llamadas AUC o grupos emergentes de estos, a prestarles colaboración material con los pocos frutos que producen del campo e igualmente a que divulguen información de la guerrilla ya sea de los integrantes del Ejercito de Liberación Nacional ELN o de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC o de cualquier otro individuo que sirva de chivo expiatorio; así mismo, estas últimas organizaciones al margen de la ley ejercen coacción para obtener información de los primeros y del Ejercito del Estado Colombiano y, por último, éste, la Fuerzas Militares legítimas también hacen lo mismo para ubicar a los guerrilleros.

Todos estos grupos no sólo presionan y amenazan al campesino para tal efecto; sino que también han asesinado y cometido atrocidades cuando descubren que el humilde ciudadano rural en forma obligada ha tenido que darles agua o alimentos a un grupo armado adversario; de modo pues, que su paz y tranquilidad se ha acabado a punta de balas, fumigaciones y bombardeos, por lo que se sienten desesperados al no saber qué hacer ni que aptitud asumir en medio del conflicto, razón por la cual deciden abandonar sus tierras para irse a vivir como indigentes a los centros urbanos, engrosando sus abandonadas propiedades al inmenso patrimonio de los grandes terratenientes que se benefician con la guerra y patrocinan una política ambigua que impide la reconciliación entre colombianos. Lo peor es que a estos campesinos los tratamos con indiferencias y discriminaciones cuando los observamos en los andenes de las capitales rodeados de sus hijos pequeños pidiendo ayuda para comer el pan de cada día y obteniendo como respuesta colectiva que aparenta una concientización la de que “la limosna no es la solución”; sin embargo, todos marchamos felices sin esforzarnos a buscar los posibles remedios, pues en todo caso con esa actitud pretendemos sentirnos bien con la conciencia al evadir una incomodidad temporal con aplicación de la supuesta razón; pero la verdad es que sólo logramos ese paz y salvo con nuestro ser interior de manera superficial y egoísta porque en el fondo no hemos resuelto nuestras responsabilidades como hermanos, ciudadanos y humanos y evitamos ahondar en el asunto para evitar mortificaciones que a la vista de los ojos no tienen solución, sin darnos cuenta de que tal comportamiento desciende tarde o temprano a nuestro propio acabose, pues todo como se dijera en aquella frase endilgada a Martin niemöller:

"Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.
Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
y añadiría:
"Después vinieron por los del eje del mal, por los del polo, por los liberales, por los chavistas, por los peronistas, por los de derecha, por los uribistas y por toda coyuntura política cuyo nombre representativo de pila sirva de sofisma para bautizar una política y no dije nada porque yo no era parte de ellos y aun sobrevivía"
y al final vinieron por mí…
pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada y protestara y me ayudara".

Todo esto lamentablemente por apasionarnos con ver la superficialidad, ya que somos adoradores y me incluyo en esto, de los hermosos ladrillos que conforman las lindas fachadas de los inmensos edificios, sin ponernos a pensar que esa construcción se mantiene gracias a los húmedos, carcomidos, porosos y viejos ladrillos que sin estar a la vista de los humanos se encuentran por dentro de la tierra sosteniendo como cimientos a aquellos que lucen radiantes.

Sólo pido, como uno más, que la comunidad internacional no olvide que somos humanos que sentimos y que no queremos que auspicien la miseria, ni que nos miren con temor o pesar; tampoco el que nos otorguen indefinidamente refugios y asilos políticos, pues, como ustedes con las suyas, amamos nuestra tierra y queremos trabajar para su desarrollo; únicamente pedimos que como hermanos sientan empatía por nuestra problemática y contribuyan de forma pacífica; pero con permanente presión a que haya un espacio de meridiana armonía y tranquilidad para que igual que todas las naciones tengamos las condiciones para encontrar algún día el utópico equilibrio relativo en que convivamos ricos y pobres sin distingo de ideología o religión en un mismo territorio; mientras tanto, no existe el mínimo espacio ni siquiera para debatir ideas o para relativizar políticas porque estamos diariamente adoptando conductas tímidas, camuflándonos como el camaleón en diferentes aspectos del desarrollo de la personalidad para sobrevivir tal fuéramos serviles a aquella frase y disculpen que ya haya citados muchas, pues saben que no estoy de acuerdo con repetir como loro, como varias veces lo he criticado; pero la sensibilidad en estos temas se aumenta y el desahogo se hace necesario con elocuentes palabras, a que “Cada vez que salga el sol el león deba despertarse con la necesidad de cazar a la gacela para sobrevivir y a su vez la gacela cada vez que observe el alba no se deje cazar del felino para subsistir”.

Y bueno cambiando el ánimo ya que hablé de elocuencia que más representantes de esta virtud que los propios campesinos, que además tienen una sabiduría como otorgada por la naturaleza y es sabia e envidiable por cualquier erudito, que con estas humildes canciones resumen todas estas quejas y creo que con mayor sensatez.

Debo precisar que en mi tierra la palabra “embejucao” significa rabioso, aburrido, desesperado y la palabra “arrecho” en algunas zonas es asumido también como “rabioso o que tiene mucha ira” y es la interpretación que debe dársele al escuchar estas canciones. Dele clik sobre el ícono de play de las siguientes dos canciones alternativamente y listo. Se respetan todos los derechos de autor de las obras musicales.



sábado, 7 de noviembre de 2009

UN DIÁLOGO CON LAS NUBES


Como siempre trato de dejar alguna enseñanza en mis cuentos o escritos, no la que llego a deducir en lo mismos, pues, es posible que esté errado; sino la que ustedes como lectores puedan obtener de sus vidas luego de hacer una reflexión de sus conductas, interiormente, solos, sin que nadie los enjuicie o sin darle la razón a alguien. En otras palabras, es una herramienta para pensar en nosotros mismo como seres racionales. En esta oportunidad, como es mi costumbre personifico, cosas y seres vivos; le correspondió el turno a las nubes y a un níspero, que en cualquiera de cada uno de los lectores puede ser su madre, padre, esposa, hermano, amigos, sacerdotes, pastores, el mismo Dios, la conciencia individual, el vecino, el perro de la casa, el profesor, el curandero, el político, el taxista o cualquier otro individuo o sujeto muy allegado al que a veces por el estrés y esta vida tan apresurada, lo enjuiciamos sin darnos cuenta, que él también lo podría hacer con nosotros, lo cual no es indebido, ni reprochable, pues, hace parte de las relaciones humanas, es más, a veces suele ser constructivo o ameno; ese no es el punto, sino el de que también tengamos el espacio personal para evaluarnos nosotros mismos a fin de tener presente cuales son nuestras armaduras, disfraces y mentiras a fin de obtener una armonía individual y colectiva que nos permita seguir en la línea de ubicar las citadas debilidades para construir hacia el futuro una plataforma de trabajo duradera o sostenible; es decir, son factores elementales que precisemos que somos justamente imperfectos; pero que podemos trabajar en una relativa armonía siempre que podamos evitar los espacios más susceptibles a que se explote inconscientemente esos defectos en la labor de construir a largo plazo una nueva sociedad sin protagonismo.

La candidez de la noche muestra muchas nubes embelesadas y conturbadas por el ruido de la tormenta que no germina, se arremolinan avergonzadas con la luna y la estrellas por la negación del advenimiento de la lluvia, sollozan por la propagación de la neblina que oculta sin razón la iluminación del cielo.

Por haberla perdido en un tiempo, valoro y observo la belleza de lo simple, veo con ojos de animal el primor de lo inexplicable y al hacerlo cunde en los más recónditos sentimientos la sensación de libertad y pánico ante mi insignificante existencia frente al espacio infinito de la vida. En esa oscuridad creciente en el que escucho a los lejos el bullicioso y tímido sereno que va en decadencia, no logro avistar la hermosura de la estrellas; sin embargo, me mantengo infranqueable y estupefacto al notar el cielo negro emblanquecido por el deambular húmedo y avergonzado de los cúmulos deformes cuyos rostros en mi imaginación se aprecian como las más disímiles figuras de animales y cosas.

El perfume de la lluvia se entremezcla con el sonoro vaivén de las ramas del níspero romántico que luce con su frutos un traje alegre de fin de semana y que orgulloso se muestra presto a pomponearse por los halagos que de este hombre recibe, este mismo que le cuenta a ese hermoso árbol, una vez piso tenuemente el fresco y verde prado del jardín multiforme, que no puedo, como en otros días, encuadrar con precisión el rumbo de la ascendencia inesperada de emociones y sentimientos que brotan, al mismo ritmo del movimiento de las nubes, remembranzas de hechos tristes y dolorosos que, sin explicación aparente, poco a poco se convierten también en masaje y bálsamo de alivio para el corazón dolido que gime y se contrita ante los efectos imprevistos de las pasiones ilusas que dejaron una marca candente en el fondo del alma; en efecto, paradójicamente, gracias a los beneficios del perdón y del trasegar del tiempo, esos acontecimientos en forma discontinua y aún dispersa vienen siendo asumidos, le cuento, en función de sentirme fuerte, amado, romántico y relativamente feliz por obtener una visión pequeña, pero más larga de la que poseía, para comprender lo incomprensible e inexcusable de las relaciones humanas.

Teniendo en cuenta que el níspero no me responde y sonríe con sus ramas como pensando “mejor no hablo”, deseo sentir un consuelo y procedo a sentir al igual que las nubes que al esperar una tormenta esperando se quedan, vergüenza por habernos esperanzado con un destello reciproco de pasión, de amor y de ilusión pasajera de una vida inexistente que nunca llegó ni existió; pero una vez las involucro sin pedirles permiso me vuelvo petulante y para hacerme el célebre les expreso, tratando de tapar mis errores ante ellas, en conversación energética, espiritual, poética, orate ó como se le quiera llamar “que no existe razón de sus decepciones”, les inquiero a responder “a qué más podían esperar de una tormenta que luce evidentemente contenida y deficiente a correr el riesgo loco de una explosión amorosa porque sabe que todavía no es el momento adecuado para ello, pues con diáfana razón se percata que está recibiendo aún fuerzas para desencadenar su feliz desenlace”, les digo que “por bien tienen la vergüenza padecida con las estrellas y la luna, por apresurarse a creerse solas y suficientes para encapotar un cielo sin entender que en ese estado ni siquiera ellas mismas pueden concebir una rayo, una centella o por lo menos un trueno de compañía a la tormenta”, que “atrevidas se entrelazaron sólo para sentirse llamativas a la luna; por último les expreso, como burlándome de ellas, que “hoy quedaron mal en las alturas por pensar que su vida dependía de lo fuerte que se mostraran, del ruido que emitieran o del terror que provocaran” y no les les queda otro remedio que “apenadas seguir llorando con ese sereno lento, casi imperceptible, ridículo, abatido y desolado hasta el próximo día, sí es que no se agravaba su estima por voluntad de los rayos inclemente del sol venidero, todo por su falta de prudencia y honestidad con ellas mismas”.

Al terminar el diálogo volteo sonriéndome y me dirijo hacia la realidad práctica de una vida mentirosa, cuando de repente las nubes en conversación gaseosa penetran en mi corazón autoengañado y me hacen devolver con la cabeza baja y escuchar el tronar de los recuerdos que me señalan con voz de relámpagos silenciosos en el juicio inerte las querellas de las nubes, que como fiscales rencorosos me acusan de que “también fui un iluso, que sembré en terreno infértil a sabiendas de la aridez de la tierra, que además sembré sin preparar el terreno, que tiré las semillas del amor cuando eran tiempos de cosechar la sabiduría de las pasiones, que cuando debía recoger la cosecha del verdadero amor seguí sembrando al tratar de obtener mejores frutos que estaban lindos por fuera y podridos por dentro, que fui un campesino de escritorio de la vida que no supo entender que todo tiene su momento y que la prisa y la vanidad sólo generan desdichas y decepciones, que la paciencia antes de ser un defecto es la virtud de las almas nobles, que en la vida cada cual se labra su destino, que no comprendí que no es fácil arar la tierra montañosa, tampoco quitar la maleza que estorba y enreda y vuelve a salir perennemente, y que dichas dificultades no dan lugar a que el sembrador se de por vencido porque para él lo importante es trabajar y extraer unos frutos sanos y que en su objetivo está, no el de eliminar la mala hierba, sino el de saber ubicarla y quitarla del camino y distinguirla de la siembra buena y; por último, que no tuve la razonabilidad del sembrador que le hace prever que a pesar de tener todos los cuidados con su cultivo tiene que concientizarse de que la naturaleza le puede jugar una mala pasada y, que en esa eventualidad, deberá con tristeza y rabia comenzar de nuevo su labor, sembrando nuevamente los frutos, cambiándolos por otros, cambiando de tierra, creando nuevas protecciones o simplemente esperar a que se calmen las tempestades”.

Las nubes ya terminado su sermón me dijeron que por enésima vez comprendiera que “debía ser humilde y que la felicidad, los desengaños y los hechos por si solos no me otorgan la verdad revelada, que inclusive, podía ser cierto que ellas pronto se esparcieran por una tormenta arrepentida y no obstante mi diagnóstico no me hacía mejor que ellas y que me mostraba prepotente y digno de escarmiento, pues, hay cosas que se salen de las más razonables y lógicas deducciones para evitar una vida presuntuosa y triste”.

En ese momento volví a ver desde lejos por dentro de mi el cause torrentoso de los pensamientos condicionados por la repetición del deshielo de una historia familiar, social y personal de pasiones equivocadas y sentí alegría porque creo que el cauce se puede cambiar para el bienestar y armonía del espíritu común y que en momentos de confusión es bueno construir una represa que contenga las tristezas para luego hacerlas desembocar en el nuevo caudaloso rio de la humildad y de la vida.

Para sorpresa mía, cuando me despedía del níspero y ya no veía las nubes y pensé que al final de cuentas por lo menos tuve la razón frente a ellas, un fuerte aguacero intempestivo me mojó por completo, lo que antes de producirme rabia, me originó alegría por sentir el nuevo estado de percepción de las cosas gracias a la sabiduría de la naturaleza.

Espero que te puedan hablar las nubes y que te caiga tu feliz y alegre ventarrón.

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