"LA FORTALEZA DEL SER HUMANO ES CONOCER SU DEBILIDAD; SI QUIERES SER FUERTE SUPERA PRIMERO TU DEBILIDAD" "EL ILLO"

martes, 29 de marzo de 2011

MI AMADA PRIMAVERA

 

Tenía como sueño irrealizable para aquel entonces disfrutar de aquellas descripciones hermosas que en los poemas se decía de la primavera. No faltaba en mis lecturas un Borges, un Neruda o un Benedetti que me trastornara cuando con sus suaves letras ensalzaban mis sentidos al percibir el anhelado y plácido aroma narrado, cual si estuviese en ese momento viviendo esa estación.

Que tristeza me costó el dañar ese dulce sueño por querer hacerlo realidad; la verdad, hubiese preferido mantenerlo como una fantasía casi de hadas que tropezar bruscamente con la primavera que conocí, esta que por culpa de nosotros, los humanos, dañamos y la cambiamos de tal modo que sólo existe a guisa de recuerdo, los comentarios e historias de viejos y adultos que aun vibraron con el devenir florecido en su estado degradado ya en agonía. De aquello no queda nada ó muy poco; pero aun queda menos de mi ingenuo sueño que por lo visto jamás se hará realidad.

A pesar de todo; como tengo por sentado aquel aforismo de que en la vida todo tiene su compensación, luego de viajar muy lejos encontré que otro sueño se me realizó ò no se si sigo soñando constantemente la felicidad que imaginé. Es tal mi confusión, que no se si dormido estoy y no quiero despertar ò sueño que estoy despierto y no quiero dormir y volver a soñar.

Dicho enredo se debe a que por vez primera conocí, como nunca lo creí, valga que existe la gracia de Dios, a la más hermosa y linda mujer que en mi vida había podido desear y no sólo eso, me enamoré perdidamente de ella y también ella de mi.

Parece mentira, aun espero con miedo que alguien me diga "despierta" estabas soñando; sin embargo, siento que ha pasado mucho el tiempo para que pueda ser una fantasía y concluyo, por tanto, que es una realidad pura y noble; es en definitiva, sin pecar por falta de modestia, el premio que nos merecemos por sentir y creer que de algún remoto mundo vendría a nuestras vidas un alma que nos amara de verdad y por fin hoy el destino y la divinidad lo ha hecho cierto y tangible.

Una mujer sensual, hermosa, inteligente, noble, de buen humor, solidaria, desesperadamente santa con los demás. Ella es mi princesa, mi mujer, mi amada, con quien por jugar logro sacarle por momentos una rabiecita. De lo que no puedo describir por caballero, créanme que es aun mejor que lo dicho, diría francamente "fenomenal".

La amo incansablemente con un sentimiento maduro, racional y verdadero hasta el final del mundo. La perdono y me perdona en discusiones pasajeras. No la entiendo ni me entiende a veces; pero vaya como nos comprendemos en el amor.

A Dios gracias por que hoy ya el sueño eterno lo compartimos tres, sí, pronto seremos tres, nacerá El Tigre, nuestro amado hijo a quien le contaré como mi sueño y el de su linda madre se nos hizo realidad para siempre, para que igualmente crea en el amor, en el perdón, en la fe y en la magia de sentir con el corazón y en la de perseverar cuando se cree perdido un sueño, porque cuando ocurre eso, cuando se esta convencido invenciblemente de esa frustración, es porque seguro llegó el momento del gran premio en el que la vida por si misma nos proporciona otro aun sin esperarlo como creíble y mejor que el esperado.

En fin hoy, puede irse y no volver jamás la primavera que era, el verano, el otoño o el invierno, es más se pueden confundir entre ellos, si quieren y les da la gana; no me importa, porque con mi amor tengo el calor y la pasión del verano, el descanso y calma del otoño, los abrazos apretados para el invierno, así como su torrencial lluvia de cariño para luego esperar la relajada y estable primavera de ensueño y amor, aquella primavera de felicidad pura en afecto que sólo se asemeja a la descrita por un Neruda, por un Borges o por un Benedetti, con la diferencia de que si yo hoy los envidio, como dije, porque la vivieron en su estado natural, tengo la seguridad de que en sus sepulturas envidiaran con todo y que fueron magníficos poetas, al inmenso amor que nunca tuvieron como el que yo le profeso a mi eterna enamorada y compañera hasta el día en que por voluntad de Dios descansemos y nos encontremos en la misma tumba.

DEL ILLO

PARA MI AMOR

miércoles, 23 de marzo de 2011

LA LLENURA DE LOS ESTÓMAGOS VACÍOS

Contar  la vida es más fácil que descifrarla, que encontrar su razón, que determinar su lógica; por ello recordar nuestras vivencias y extraer de ellas una o varias enseñanzas, sin importar que a lo mejor no resultaron luego aplicadas, nos acerca a ese utópico objetivo, es sentir que obtenemos la idea precisa de su sentido, así sea confuso o aparente, lo relevante es que se convierte en bálsamo de alivio en importantes circunstancias adversas.

No es fácil tampoco encontrar las respuestas a nuestras terribles relaciones de causalidad más allá de nuestros propios actos, que en si mismos están cruelmente maniatados a nuestra voluntad estas a su vez a la formación personal.

Pero aun más complicado es vivir el presente con el pensamiento puesto hacia el futuro y mirando hacia un pasado que nos apuntala como esperando que retrocedamos hacia él cuando erremos.

Peor que todo lo anterior es quedarse paralizados al adentrarnos en los recónditos momentos que siempre evitamos vivir, pues, precisamente es ese espacio temporal nos corresponde reconstruir un proyecto para buscar la brújula que luego nos muestre el camino.

No estamos preparados sicológicamente para adaptarnos a nuevas situaciones; sin embargo, nuestra propia naturaleza dice lo contrario y nos obliga a transformarnos para sobrevivir y perfilar las vocaciones innatas y así superar situaciones de parálisis en los que nos detenemos a reflexionar, como lo indicamos al principio, sobre qué es la vida. De esa forma, solemos buscar las respuestas en nuestro pasado y a pesar de no encontrarlas, nos motivaremos a seguir adelante sí al fin y al cabo sacamos las gran conclusión que no es necesario tener una razón coherente de la existencia material y que si pudimos mucho, podemos hacerlo nuevamente, la clave  es buscar la forma o el cómo para deslizarnos suavemente en la formación de una vida plena.

En fin, muchas veces se debe filosofar menos, tener mayor paciencia para saber pensar, actuar más y encontrar nuestras capacidades y explotarlas a largo plazo para que posteriormente filosofemos mejor en una estabilidad relativa porque sí bien  como dijo el poeta “no puede haber sensatez en los estómagos  vacíos”, si podemos recrear actos para tener sensación de llenura material y espiritual; es en definitiva, como decían mis abuelos “buscarle la comba al palo”.

EL ILLO       

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