"LA FORTALEZA DEL SER HUMANO ES CONOCER SU DEBILIDAD; SI QUIERES SER FUERTE SUPERA PRIMERO TU DEBILIDAD" "EL ILLO"

miércoles, 22 de agosto de 2012

UNIDOS POR LA SEPARACIÓN. FELICES POR SIEMPRE

Por instantes cualquier persona se desplaza hacia el pasado, revive momentos y cuando afirmo que "revive" es en su tenor literal, pues, al pasar un año más comenzamos a vivir hacia el pasado; pero, con una óptica diferente a cuando lo hacíamos como protagonistas de los hechos. Nos convertimos en observadores del tiempo y nos analizamos en una dimensión extrapersonal, nos miramos desde un "otro yo", el yo del paso del tiempo, el yo de las experiencias, derrotas, errores y virtudes, esto es, desde el titular de la sabiduría personal. De esta manera, recordamos las situaciones; pero le agregamos ápices de nuestro aprendizaje actual, es más, contrario a como lo sentimos en otrora, en el presente lo vemos colorido, alegre, entusiasta, tal fuera nos hubiéramos visto  primero una película en los años 70 a blanco y negro y, hoy a color en hd; siempre que hacemos ese proceso mental rememoramos por siempre a color, incluisive desde los años 70.

En ese orden de ideas, se puede sostener que uno vuelve a vivir de manera actual momentos pasados y ese ejercicio genera muchas veces resultados acusatorios, puesto que se autojuzga bajo principios, valores y aprendizajes que no teníamos en aquellos episodios; sin embargo, el inconsciente no diferencia el pasar del tiempo y mezcla indisolublemente todo con su dedo inquisidor y sólo la conciencia, la razón, la tranquilidad, la paz emocional permite asumir nuestro pasado de una manera piadosa, útil, productiva y exenta de remordimientos permanentes, que si bien no nos absuelve de culpa en la historia, nos presenta con la responsabilidad de aceptar las consecuencias que nos deparó nuestros actos corrigiendo las causas, controlándolas o evitándolas. Así forjamos una coraza emocional ligada muchas veces a la espiritualidad para defendernos y repeler a buena hora las manipulaciones y traumas de terceros, que sin quererlo muchas veces, pretenden condenarnos de por vida y eliminar nuestro derecho a ser felices, olvidando que al fin y al cabo con el tiempo todos los seres humanos nos equivocamos en uno u otro sentido, incluso aquellos que nunca arriesgaron nada para vivir.

Como requisito fundamental para lograr el objetivo propuesto se debe vivir emocionalmente tranquilo, en paz con los demás y consigo mismo, renunciando en su debido tiempo a emociones primarias sumamente excitantes, ya que no son convenientes para disfrutar este corto viaje de la vida con un sentido lógico y razonable. En otras palabras, asumir con responsabilidad las diferentes etapas de nuestro desarrollo agregando mayor severidad en aquellas en el que pasado se ancha más que el futuro que pronosticamos. No obstante lo dicho, muchos preguntaran: ¿qué hacemos si las personas que amamos no nos permiten estar tranquilos emocionalmente?.

Lo he meditado por mucho tiempo, he observados muchos casos, diferentes opciones y métodos y he llagado a una conclusión sencilla; pero razonable: Sí las demás personas, todos ellos mayores de edad, no te dejan vivir en paz, si no te permiten sentir la vida y valorarte, por más que sean padres, hijos, hermanos u amigos, apártate y busca tu tranquilidad. Atención, no digo que los apartes de tu vida, sino que tú te apartes de la de ellos lo necesario para que seas feliz; lo que no excluye que puedas seguirle ayudando física y moralmente en la medida que no te afectes. Tomar esa decisión no es fácil, más cuando siempre te recordaran un pasado en el que, como todo ser humano, te habrás equivocado; pero con el tiempo se convierte en costumbre y observaras como aumento tu dignidad y el respeto.

A manera de alegrar el humor o en busca de consuelo y acaso de lo que he comentado, recuerdo, hasta donde Dios me lo permite, un episodio extraño a los ojos de un niño de 7 años de edad, entre muchos otros, como era en aquel entonces en el que visitaba la casa de mis abuelos paternos en compañía de algunos de mis hermanos  y observé en el cuarto de matrimonio que la cama nupcial estaba dividida por la mitad por una tabla de aproximadamente 50 centímetros de alto que sobresalía del colchón, de modo que necesariamente debía concluir, que mis abuelos dormían juntos; pero separados, lo cual para mi era una sorpresa ya que se suponía que sentían amor eterno, pues a pesar de lo tosco del comportamiento de mi abuela hacia mi abuelo, lo cierto era, sino me equivoco, que habían cumplido 50 años de matrimonio o más sin haberse separado jamás.

Nunca pregunté el motivo que generaba mi incertidumbre; transcurrió el tiempo y pude tener la dicha de haber visto a mis abuelos hasta mi adolescencia cuando ellos ya alcanzaban casi el centenario, aunque murieron, contra todo pronóstico, con intervalos largos uno del otro.

Bueno, la cuestión es que me quedó la incógnita de esa separación casi secreta de mis abuelo, lo cual para mi no era natural, ya que si habían vivido en pareja tanto tiempo no encontraba un paralelo en la naturaleza que me permitiera encontrar una justificación. Habitualmente trato de comparar comportamientos de los animales entre sí, esto es, de los humanos, que de ese calificativo no tenemos mucho y de lo animales salvajes que paradógicamente poseen más atributos de ese adjetivo. En la tarea mencionada me enteré de la siguiente noticia:

"Se acabó el amor. Tras 36 años de convivencia, dos tortugas gigantes fueron separadas porque ya no se soportaban.

"Bibi mordió a Poldi. Hasta ese día habían convivido siempre de forma pacífica", explicó a la agencia de noticias AFP Elga Happ, directora del zoológico Klagenfurt, situado al sur de Austria.

"De pronto Bibi no soporta más a Poldi", resumió Happ. En la pelea tuvieron que intervenir empleados del zoológico y distraer a la tortuga con tomates “para evitar que suceda algo grave”, apuntó.

"Hasta el momento, el "el brusco cambio de conducta de Bibi sigue siendo un misterio”, sostuvo la cuidadora, quien especuló con que la avanzada edad de ambas –115 años- tenga algo que ver.

La única certeza es que Bibi y Poldi y ya no tienen un futuro juntas.

Otro cable informaba:

"Las autoridades del zoológico austríaco de Klagenfurt no omitieron detalles y a diferencia de las conferencias de prensa de algunos gobernantes admitieron preguntas. Lo cual prueba que el mundo está patas para arriba. “Bibi no soporta más a Poldi”, precisó la vocera. Lo único que no consignan las crónicas es si hubo llantos en la sala. Todos sabían que la pareja de tortugas gigantes del zoo convivían desde hacía 36 años y chicos de varias generaciones los vieron, aunque sin papeles, juntos.

"Para la ley serían un matrimonio, aunque los austríacos son más conservadores en la materia. Los quelonios eran concubinos. Claro que esto es pura formalidad, ya que lo cierto es que Bibi (la hembra) mordió a Poldi (el macho) y las autoridades del lugar resolvieron separarlos. “Hasta ahora habían convivido en forma pacifica. No sabemos qué pasó”, indicaron los voceros. Nadie se atreve a decir la verdad con todas las letras: se acabó el amor. Por lo menos, ella se hartó.

"Parecían muy tranquilos, pero la verdad es que por dentro de ellos levantaba temperatura un volcán. Fue tan feroz la pelea -se ignora el desencadenante- que tuvieron que llamar a los cuidadores y otros empleados del zoológico para separar a las tortugas. Para evitar “que sucediera algo grave”, se informó, tuvieron que entretener a Bibi con tomates. Quiero creer que no la agarraron a tomatazos, sino que le dieron de comer para que no se convirtiera en caníbal de su ahora ex pareja.

"Sociedad machista si las hay, las autoridades del zoológico no entienden “el brusco cambio de conducta de Bibi”. Para ser más precisos, los voceros indicaron: “Sigue siendo un misterio”. Y como si la edad tuviera algo que ver, añadieron que los 115 años de cada una podría ser un motivo ¿No entienden que cuando se acaba el amor no hay que buscar a nadie debajo de la cama? Estos austríacos son unos caídos del catre. El asunto, para concluir, es que las tortugas ya no compartirán sus aburridas jornadas de zoológico".

Como puede verse, también en la naturaleza sucede y la verdad creo que si así van a ser felices, tales como fueron mis abuelos, que vivan por siempre juntos y separados.




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