Perplejo y asombrado he recibido la noticia de la muerte no solo de un ser asombroso; sino también de todo lo que
quedaba de su clase. El «Solitario George, de manera inusual vivió los últimos
20 o 30 años, deambulando en su mundo sin encontrar alguien de su estirpe. Para
él era imposible que hubiese desaparecido milenios de historia de su familia y
tuviera que asumir la gran responsabilidad de ser el único sobreviviente de su
ancestral origen. Fueron en vano infructuosos intentos de encontrar sus pares.
Por fin aceptó que toda su familia y hasta su pasado había desaparecido por completo, por obra de las
erradas y despiadadas obras de los pensantes, quienes introdujeron en su
habitad otros seres que acabaron con su sustento y, sin hablar, de las masacres
indiscriminadas contra ellas.
En su pequeña mente jamás
entendió lo que ocurrió con su existencia. Al pasar los 100 años, miraba a su
alrededor ilusionado de que lo siguieran jóvenes de su nobleza, tal como lo hizo
con sus padres; sin embargo, nunca se hizo realidad ese sueño. A pesar de estar
solo no se abandonó a su suerte y decidió dignamente vivir
hasta el último esfuerzo de resistencia física.
Cuando recibió ayuda de los
seres pensantes, ya era demasiado tarde, sus fuerzas ya no eran las mismas y
por más que había tenido un romance con un ejemplar parecido derivado de
diferentes ancestros, el fruto no germinó, tal vez por la sabiduría de la
naturaleza. Terminaron sus días, no se si triste u orgulloso de haberse
mantenido hasta cuando Dios lo dispuso ó con una mezcla de los dos sentimiento,
que en verdad del asunto, son crueles
para sentirlos en los finales de nuestra vida y que persona alguna quisiera tenerlos;
pero que simultáneamente generan el mayor grado de admiración, asombro y
consternación por lo que todos, incluyéndome, estamos haciendo con nuestra naturaleza.
Un caso evidente de nuestra insensibilidad. Que viva por siempre “El «Solitario
George”
Les dejo la explicación de quién
era El «Solitario George:
“La tortuga gigante de
Pinta (Chelonoidis abingdonii)
es una de las 10 especies de tortugas nativas de las Islas
Galápagos.
El «Solitario George» fue el
último ejemplar vivo de esta especie. En 1971 fue encontrado en la isla Pinta
por unos cazadores de cabras, y fue presuntamente nombrado así por el personaje
interpretado por el actor George Gobel. Reubicado en la Charles Darwin
Research Station, Jorge fue encerrado junto con dos hembras de una especie
similar, Chelonoidis
becki del volcán Wolf, con la esperanza de que sus genes fuesen
retenidos en la progenie que resulte (descendencia).1
Se estima que Jorge nació
entre 19032
y 19191
(las Tortugas de Galápagos
pueden vivir entre 80 y 100 años o más). Se ha completado un prolongado
esfuerzo por extirpar las cabras introducidas en la isla de Jorge, y la
vegetación de la isla esta comenzando a volver a ser lo que era antes.
Se intentó que Jorge
llegara a tener hermanos en la isla Pinta, y que la subespecie persistiera. Falló esto,
una cruza con una subespecie similar no fue posible. Se ofreció una recompensa de 10.000 dólares.
Durante el año 2008 se
descubrió que las hembras que acompañaban al Solitario Jorge habían puesto un total de 16 huevos. Sin
embargo, ninguno resultó ser fértil.2
En el año 2009 fueron descubiertos 5 nuevos huevos igualmente infértiles,
tronchando las esperanzas de salvar a la especie de la
extinción total.
El día 24 de
junio de 2012 el Parque Nacional Galápagos anunció su
muerte en su cuenta de Twitter.3
4
Según la dirección del parque, a las 08h00 su compañero y cuidador Fausto
Llerena lo encontró muerto en su corral. El cuerpo del Solitario George estaba
en una posición como si se estaba dirigiendo al bebedero de agua. Inicialmente
los expertos encargados presumen un paro
cardíaco, una necropsia revelará la causa exactas de su muerte.