De pronto el sol no calienta como antes; tal vez las brisas provenientes del mar se fueron de vacaciones, quizas la música tiene un dolor de muela y por eso no suena; es probable que las armas vengan con silenciadores y no se oigan los disparos; es posible que la ciudad de los espejos se le hayan roto los vidrios, puede que la familia esté de luto y los vecinos esten invitados y por eso el barrio esté vacío; pero, lo que sin lugar a dudas es cierto, es que la hormiga deambula errante sin su hormiguero y se pregunta ?si acaso su existencia tiene sentido sin él?
Las esperanzas y las razones no se la llevan bien generalmente, viven en una batalla campal en la que sale victorioso o perdedor el corazón o el cerebro. Disquisiciones abstractas que muestran el resultado de una mala jugada en la partida de ajedrez de la vida; el Rey no debió salir de su casilla, perdió el enroque y no quedó más que se sacrificar a la Reyna; ahora sólo le queda tener que llevar un peon a la octava casilla y rehacer la vida de la martir Reyna; ya no tendrá a sus fallecidos compañeros alfiles y torres y, además, el terreno luce despejado, árido y solitario: para los ignorantes espectadores, en definitiva, es una nueva partida; pero no, es la misma, con otras condiciones.
Qué hacer cuando el tiempo desgasta la paciencia, cuando la ropa de los últimos diez años se agota, cuando brilla el agujero del último pantalón bueno, cuando el odontólogo es deseado por el ascenso del dolor de muela de toda situación precaria, que pareciera que se atraen indefectiblemente el uno al otro como pareja mazoquista; es cierto, basta caer en iliquidez para que salga un dolor de muela, puede que sea el regalo por tu mala jugada; entonces, qué hacer cuando la comida ya no alimenta y su cantidad no importa; qué hacer cuando yaces cagado y el agua está lejos, qué hacer cuando te cortan la luz y debes bañarte con las gotas que salen de la vieja regadera y aún así debes llegar temprano al trabajo.
Los proyectos, la mayoría de las veces, son esperanzas irrazonables para quien no cursa en ellos; cuando el pájaron avista una nueva dirección de comida, los otros observan con duda la noticia y lo dejan que solo se arriesgue; únicamente cuando es acertada la intución y regresa con vida, todos aseguran una nueva ruta y pareciera que para libertarse de culpa, procedieran alzar el tono de su cantos como felicitándolo por su proeza.
Parecería también que Mateo 6-26 no es suficiente; que job no sirve de consuelo y que el pueblo de Israel en el desierto fue más fiel que el que aquí ahora señala con quejas esas sagradas escrituras.
De qué sirve al sediento la jarra de plata sino esta llena de agua; de qué sirve el envoltorio si la esencia no se encuentra jamás; para qué una muñeca mamusca interminable.
No es fácil lidiar con la acusación proveniente de otros que dan justificaciones frente a sus previsibles errores para dejarte solo como chivo expiatorio; lamentablmente, en la situación dura, es el más débil quien debe cargar con la culpa sin protestar, todo por el temor a no saciar su necesidad material o de cariño.
A pesar de todo ello, asoma en el corazón sensación de que no muy tarde los sentimientos tendrán su justa recompensa y que los ojos divisaran al injusto en su contradicción. Aun falta, no se si mucho o poco. La hormiga no se cansa, hace nuevos caminos, ya encontró un nuevo agujero, si bien aun no recolecta por si misma la comida, piensa que puede ser por dos razones: O porque debe esforzarse más para igualar a las obreras ó porque el Dios del universo la procalamara Reyna del hormiguero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario