Como en otras publicaciones tengo el honor una vez más de resaltar la vida del campesino que lucha y trabaja y que en su ardua labor se encuentra acosado permanentemente, además por la injusticia social, por el conflicto interno colombiano, que igualmente puede aplicarse a cualquier otra nación con diferentes matices. En ese sentido, los campesinos son obligados por los grupos paramilitares o Autodefensas Unidas de Colombia llamadas AUC o grupos emergentes de estos, a prestarles colaboración material con los pocos frutos que producen del campo e igualmente a que divulguen información de la guerrilla ya sea de los integrantes del Ejercito de Liberación Nacional ELN o de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC o de cualquier otro individuo que sirva de chivo expiatorio; así mismo, estas últimas organizaciones al margen de la ley ejercen coacción para obtener información de los primeros y del Ejercito del Estado Colombiano y, por último, éste, la Fuerzas Militares legítimas también hacen lo mismo para ubicar a los guerrilleros.
Todos estos grupos no sólo presionan y amenazan al campesino para tal efecto; sino que también han asesinado y cometido atrocidades cuando descubren que el humilde ciudadano rural en forma obligada ha tenido que darles agua o alimentos a un grupo armado adversario; de modo pues, que su paz y tranquilidad se ha acabado a punta de balas, fumigaciones y bombardeos, por lo que se sienten desesperados al no saber qué hacer ni que aptitud asumir en medio del conflicto, razón por la cual deciden abandonar sus tierras para irse a vivir como indigentes a los centros urbanos, engrosando sus abandonadas propiedades al inmenso patrimonio de los grandes terratenientes que se benefician con la guerra y patrocinan una política ambigua que impide la reconciliación entre colombianos. Lo peor es que a estos campesinos los tratamos con indiferencias y discriminaciones cuando los observamos en los andenes de las capitales rodeados de sus hijos pequeños pidiendo ayuda para comer el pan de cada día y obteniendo como respuesta colectiva que aparenta una concientización la de que “la limosna no es la solución”; sin embargo, todos marchamos felices sin esforzarnos a buscar los posibles remedios, pues en todo caso con esa actitud pretendemos sentirnos bien con la conciencia al evadir una incomodidad temporal con aplicación de la supuesta razón; pero la verdad es que sólo logramos ese paz y salvo con nuestro ser interior de manera superficial y egoísta porque en el fondo no hemos resuelto nuestras responsabilidades como hermanos, ciudadanos y humanos y evitamos ahondar en el asunto para evitar mortificaciones que a la vista de los ojos no tienen solución, sin darnos cuenta de que tal comportamiento desciende tarde o temprano a nuestro propio acabose, pues todo como se dijera en aquella frase endilgada a Martin niemöller:
"Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.
Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
y añadiría:
"Después vinieron por los del eje del mal, por los del polo, por los liberales, por los chavistas, por los peronistas, por los de derecha, por los uribistas y por toda coyuntura política cuyo nombre representativo de pila sirva de sofisma para bautizar una política y no dije nada porque yo no era parte de ellos y aun sobrevivía"
y al final vinieron por mí…
pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada y protestara y me ayudara".
Todos estos grupos no sólo presionan y amenazan al campesino para tal efecto; sino que también han asesinado y cometido atrocidades cuando descubren que el humilde ciudadano rural en forma obligada ha tenido que darles agua o alimentos a un grupo armado adversario; de modo pues, que su paz y tranquilidad se ha acabado a punta de balas, fumigaciones y bombardeos, por lo que se sienten desesperados al no saber qué hacer ni que aptitud asumir en medio del conflicto, razón por la cual deciden abandonar sus tierras para irse a vivir como indigentes a los centros urbanos, engrosando sus abandonadas propiedades al inmenso patrimonio de los grandes terratenientes que se benefician con la guerra y patrocinan una política ambigua que impide la reconciliación entre colombianos. Lo peor es que a estos campesinos los tratamos con indiferencias y discriminaciones cuando los observamos en los andenes de las capitales rodeados de sus hijos pequeños pidiendo ayuda para comer el pan de cada día y obteniendo como respuesta colectiva que aparenta una concientización la de que “la limosna no es la solución”; sin embargo, todos marchamos felices sin esforzarnos a buscar los posibles remedios, pues en todo caso con esa actitud pretendemos sentirnos bien con la conciencia al evadir una incomodidad temporal con aplicación de la supuesta razón; pero la verdad es que sólo logramos ese paz y salvo con nuestro ser interior de manera superficial y egoísta porque en el fondo no hemos resuelto nuestras responsabilidades como hermanos, ciudadanos y humanos y evitamos ahondar en el asunto para evitar mortificaciones que a la vista de los ojos no tienen solución, sin darnos cuenta de que tal comportamiento desciende tarde o temprano a nuestro propio acabose, pues todo como se dijera en aquella frase endilgada a Martin niemöller:
"Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.
Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
y añadiría:
"Después vinieron por los del eje del mal, por los del polo, por los liberales, por los chavistas, por los peronistas, por los de derecha, por los uribistas y por toda coyuntura política cuyo nombre representativo de pila sirva de sofisma para bautizar una política y no dije nada porque yo no era parte de ellos y aun sobrevivía"
y al final vinieron por mí…
pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada y protestara y me ayudara".
Todo esto lamentablemente por apasionarnos con ver la superficialidad, ya que somos adoradores y me incluyo en esto, de los hermosos ladrillos que conforman las lindas fachadas de los inmensos edificios, sin ponernos a pensar que esa construcción se mantiene gracias a los húmedos, carcomidos, porosos y viejos ladrillos que sin estar a la vista de los humanos se encuentran por dentro de la tierra sosteniendo como cimientos a aquellos que lucen radiantes.
Sólo pido, como uno más, que la comunidad internacional no olvide que somos humanos que sentimos y que no queremos que auspicien la miseria, ni que nos miren con temor o pesar; tampoco el que nos otorguen indefinidamente refugios y asilos políticos, pues, como ustedes con las suyas, amamos nuestra tierra y queremos trabajar para su desarrollo; únicamente pedimos que como hermanos sientan empatía por nuestra problemática y contribuyan de forma pacífica; pero con permanente presión a que haya un espacio de meridiana armonía y tranquilidad para que igual que todas las naciones tengamos las condiciones para encontrar algún día el utópico equilibrio relativo en que convivamos ricos y pobres sin distingo de ideología o religión en un mismo territorio; mientras tanto, no existe el mínimo espacio ni siquiera para debatir ideas o para relativizar políticas porque estamos diariamente adoptando conductas tímidas, camuflándonos como el camaleón en diferentes aspectos del desarrollo de la personalidad para sobrevivir tal fuéramos serviles a aquella frase y disculpen que ya haya citados muchas, pues saben que no estoy de acuerdo con repetir como loro, como varias veces lo he criticado; pero la sensibilidad en estos temas se aumenta y el desahogo se hace necesario con elocuentes palabras, a que “Cada vez que salga el sol el león deba despertarse con la necesidad de cazar a la gacela para sobrevivir y a su vez la gacela cada vez que observe el alba no se deje cazar del felino para subsistir”.
Y bueno cambiando el ánimo ya que hablé de elocuencia que más representantes de esta virtud que los propios campesinos, que además tienen una sabiduría como otorgada por la naturaleza y es sabia e envidiable por cualquier erudito, que con estas humildes canciones resumen todas estas quejas y creo que con mayor sensatez.
Debo precisar que en mi tierra la palabra “embejucao” significa rabioso, aburrido, desesperado y la palabra “arrecho” en algunas zonas es asumido también como “rabioso o que tiene mucha ira” y es la interpretación que debe dársele al escuchar estas canciones. Dele clik sobre el ícono de play de las siguientes dos canciones alternativamente y listo. Se respetan todos los derechos de autor de las obras musicales.
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