"LA FORTALEZA DEL SER HUMANO ES CONOCER SU DEBILIDAD; SI QUIERES SER FUERTE SUPERA PRIMERO TU DEBILIDAD" "EL ILLO"

viernes, 20 de noviembre de 2009

UN DESTELLO DE DESANIMO Y DE ILUSIÓN


Siento el día de hoy como si fuera ser el mañana de siempre, la noche como la profundidad del mar y extrañamente igual al día, el amor como el odio, la rabia como la alegría, el entusiasmo como el desanimo, el desespero como la paciencia, el amor como el desamor, los recuerdos como el olvido, la lucidez como la locura, los colores como los sabores, el hambre como la llenura, el cansancio como el descanso y la vida como la muerte.

Se entremezclan las emociones sin fijar límites de su posesión y el sentimiento mudo no distingue entre la sonora catarata de la esperanza y la ecuánime desilusión. El remolino de colores se opaca dejando consigo manchas macilentas que empañan los ojos del alma y del corazón, los mismos que gimen y se conduelen en su martirio rebosante que sólo el clavado en la cruz puede servir de consuelo para un sufrimiento execrable provocado por el recuerdo de los olvidos del ayer.

Ese ánimo robado por los facinerosos resentimientos imaginarios de la mente contrariada no la entiende el corazón, éste no nació para pensar; sino para sentir, y es precisamente su talón de Aquiles el que su pasión nostálgica sea su perdición trágica en medio del amor.

A pesar de todo el dolor sentido, me llama la atención las cortas palabras enumeradas en un antiguo libro por aquel pescador que renunció a su oficio para seguir a un carpintero embelequero, frases que hacen mella en la autómata tortura mental; así la imaginación se escapa sacudiéndose de los derroteros del amor, se eleva y alcanza el fulgor puro y deseado desde la infancia en un estado devino, sublime, hermoso, es todo y no es nada; lástima que dure menos que el suspiro profundo que lo despide.

Son las manos ásperas, rugosas y toscas de esos humildes trabajadores los que me llenan de consuelo tratando de quitarme una sonrisa dentro del irrisorio sufrimiento pernicioso; en vano los esquivos, el olor a pescado y a aserrín que llevan en sus ajuares ha penetrado los oídos que no escuchan y se ha posado en mi visión ciega, dejando una agradable sensación de esperanza que sin saber si es alcanzable y por eso es esperanza, por si sola dimana tranquilidad y consuelo y aniquila la nostalgia.

No logro entender cómo esas rudas, toscas y robustas manos forjadas a partir del trabajo ordinario pueden acariciar con tanta ternura mi corazón rugoso, cómo esos seres de previsibles destinos crueles pueden generar esperanza, cómo de su vida sufrida brota el amor que llena el vacío de mi alma, cómo su recto proceder enderezan el torcido camino del oprimido, razón tiene la fe de enseñar lo que no se ve y de hacer sentir lo que no se siente, es precisamente el destello de comprender lo incomprensible y de amar sin ser amado lo que no me deja perecer.

El carpintero ha hecho su trabajo a la perfección una vez más, ha esculpido de un madero podrido la bella figura de la esperanza incrédula, ha elaborado la bella mujer que vendrá a mis brazos, esa de blonda cabellera, esa que sin poder imaginarle el color de sus ojos me mira desde ya con amor, cariño y ternura, aquella que sin poder saber cómo es su nariz, huele mi fragancia de huérfano afecto pasado perdurable; aquella que sin saber cuál será su boca, me muestra sus labios delineados como el horizonte del mar adornado en el fondo por el ocaso del sol en día despejado, labios fervorosos que me besarán en tiempo y momento oportuno al vaivén de los sentimientos y emociones puras y animales, aquella mujer que sin cara me muestra su perfil y que me hechizará con el entusiasmo de la importancia femenina que enaltece al hombre noble y engreído, aquella que sin prever cómo será su cuerpo me muestra sus curvas seductoras alejadas de la belleza artificial, piernas inimaginables que conturbarán la pasión en que se mezclarán dos en una sola persona, no escucho la voz aún, pero sé que encantará mis oídos con su voz mansa, paciente, risueña, coqueta y querida. No la veo pero la siento, no la escucho pero hablará, no me ama pero me amará, no la amo pero la amaré. Si ya existe ha de llegar, sino existe la pensaré, sino me encuentra la encontraré, si no nos buscamos, nos encontraremos.

Ilusión radiante que me anima, paciente esperaré como dice aquel pescador que el carpintero le enseñó a sanar, a que llegue el amor que me sane ó que me sane el amor que no llega.

Mujer preciosa te esperaré, espérame tu también, si ya te he visto lléname de amor, sino te he visto permíteme que te llene de amor. Quiero pasión no perversidad, quiero cariño no apego, quiero afecto no admiración, quiero espiritualidad no fanatismo, quiero amor puro y verdadero lleno de defectos y debilidades pero ante todo reciprocidad de emociones perennes. Sin buscarme me encontraras, sin buscarte te hallaré. No sé dónde estarás, ni si no te veo al verte, adiós mi consentida linda, adiós mi dulce princesa, llénate de emoción cuando mañana, no sé el día ni la hora, leas esta carta del corazón que te ha esperado para siempre.

2 comentarios:

claudia dijo...

el cariño,la pasión,la espiritualidad,el amor puro y verdadero no es algo q venga en un paquete,con envoltura llamativa,pienso q es algo q se va descubriendo y talvez construyendo,es algo q no tiene fecha de elaboración ni de vencimiento la incognita es de como saber la persona indicada para hacerlo,y de tener la estabilidad,confianza,sinceridad y sobre todo la reciprocidad d esa persona

ZAYNE dijo...

El título de La desilusión le va a la perfección,el contenido es muy real,tal cual como suele suceder,y como me ha sucedido a mi,asique esta obra me ha llegado con una profundidad inexplicable,pero al leerlo la primera pregunta que me surgió fue si esa hitoria te ha sucedido a ti Mario,has pasado por eso? Y....cual fue tu actitud ante esa experiencia,claro..si no es mucho atrevimiento.

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