CARTA DE DESPEDIDA QUE SE CONVIRTIÓ EN UNA DE BIENVENIDA.

Confesión de un depresivo que termino debatiendo con su conciencia, quien lo convención de que la vida es hermosa gracias a la sublime e inentendible, a veces, voluntad de Dios. Es una invitación a controlar las emociones y a construir entre todos un foro para tratar la patología de este siglo; por ahora, lanzo a través del blog, varias ópticas sociales en que trabajar para luego tomar las principales y desarrollar una plataforma de acción en conjunto.

“Son las tres y media de la mañana de un día cualquiera de un pasado o presente remoto; no he podido conseguir el sueño a pesar de que estaba feliz y aun lo estoy porque gracias a Dios y al apoyo de ustedes, mamá, papá y familia, las cosas están marchando muy bien; quiero sin embargo, compartir un sentimiento temporal que sólo empaña lo anterior en algo pequeño; pero real, que sé que comprenderán al final de cuentas como un esfuerzo de superación personal que puede darles tranquilidad siempre y cuando observen el lado positivo de las cosas.

"Es el recuento de una crisis de depresión, que como anteriores, la superé sin hacerme nada, ni llamar la atención. Este primer párrafo lo escribí de último pero lo coloqué de primero para que no se pongan negativos y vean que realmente estoy feliz, pues, con trabajo, esmero, voluntad, perseverancia, haciendo las cosas correctamente, contando con los consejos de las sabiduría entendí que se puede llegar muy lejos controlando uno mismo las emociones y, obviamente, gracias a Dios lindo que aconseja ese comportamiento. Este era, pues, el principio de una despedida:

"Me encuentro llorando por mis sufrimientos; mi yo interior me dice que más bien alimento las lágrimas inconscientemente con variedad de hechos normales (“creo que por razonar de esa forma ya soy consciente, lo cual me impide perder la razón”), con el deseo natural de ver a mis hijos, mi tierra y a mi familia y no poder hacerlo, lo cual me genera que sienta la llegada de mi amiga la soledad, pero vestida hoy de gala, esto es, de su traje lúgubre de depresión, que me empuja ligeramente, tal como se mueve un parabrisas de automóvil cuando está cayendo una tormenta, a pensar en el suicidio de manera discontinua y confusa; pero; una ola arrebatada e imprevista de consuelo impulsada por este atrevido de mi otro yo me llevó a encender este computador para desahogarme y tal vez, recibir el amor de Dios.

"Mantengo el dolor mental de sentir el acecho de los enemigos de la paz que generaron que el día del padre no viera a mis hijos, el día de mi cumpleaños no recibiera felicitaciones, que los conflictos particulares no terminaran, en que la soledad se hiciera amiga, en aumentar los trámites engorrosos, en hacerme sensible a las situaciones que observo como injustas a nivel mundial e, inclusive, en la pérdida del partido de fútbol del equipo de mi tierra natal. Por otro lado, de manera burlesca mi conciencia me dice que para encontrar hechos lamentables no se hace necesario mayor esfuerzo, que por fortuna no tuve perro de niño, pues, posiblemente estaría recordando el día en que murió ó que nunca perdí una pelota en la playa porque vendría a mi mente la forma cruel en que las olas del mar se la llevaron lentamente para nunca más volver; que es más inteligente considerar que estoy pasando por un desequilibrio hormonal, cerebral y transicional en el organismo, seguramente por los químicos que se han podido segregar por los cambios bruscos de estados de ánimos presentados en un corto plazo.

"El otro yo me dice que no sea iluso y mártir sin causa, que debo considerar que esas manifestaciones son comprensibles y normales para la misión que emprendí o tuve que asumir; pero, si bien ello es cierto, también lo es que el hecho de que me sienta triste, impotente y solo y con deseo de hacer aquello que no puedo hacer no es una mentira. Parece que ese otro ser interno me está convenciendo sin tantos argumentos; pues, es verdad que los diferentes episodios me han generado ira que no desahogué con sus culpables, si es que realmente los hay; por el contrario, reaccioné de manera tranquila y madura, lo que me hizo sentir más sabio; pero no más humano ni menos animal, ya que la impotencia acumulada de ver tantas cosas sin hacer nada me produjo irremediablemente depresión.

"En ese debate interno de ideas divergentes en que me somete el otro yo para imponerse, lo trato de refutar entendiéndolo simplemente como un autocontrol para mantenerme vivo y que deviene en un análisis común y normal; pero, el entrometido ése me recuerda que apenas ayer animaba a vivir a mamá, lo que me debería hacer pensar, por más que me duela, que existe una razón que está por encima del dolor y es la coherencia de mis ideas; que extraño, pero por primera vez noto que me está convenciendo, pues, no sería lógico que si me comprometo a animar a la gente, sea tan cobarde para no soportar las diferentes situaciones de la vida. No obstante sigo en mi obstinación y profiero concluir mejor, que las próximas veces no animaré tanto, pues, temo causar una decepción.

"Adicionalmente, el metiche me dice al oído “no puedes decepcionar a los que tienen puesta la fe en ti, a los esfuerzos que ha hecho, la fe de mamá, los ingentes sacrificios de papá porque tienen la esperanza de que aun puedes llegar muy lejos estes viejo o joven.

"Me niego rotundamente a seguir con este dilema existencial absurdo y decido no escuchar más mi conciencia interna y seguir con mi proyecto inicial; pero, cuando procedo con esa última actitud, por una sinrazón me comienza una prolongada alergia nerviosa que me detuvo escribir por diez minutos, seguida de una bloqueada del computador; en ese instante el ser imprudente, medio silbando y entre dientes, grita al irse después que lo echara, “el primer hecho es un termostato del cerebro para que lo oxigenes y pienses mejor y, el segundo, como un suceso divino para que no cometas actos impropios”.

"Para no doblegar mi orgullo lo despido totalmente; sin embargo, honestamente doy gracias a Dios por quererme tanto, porque su voluntad es perfecta y por hacerme entender que los sufrimientos ni son inmerecidos ni innecesarios; creo ahora, que paso a paso se va construyendo un camino más seguro que aquel que construí con prisa pero que se cayó terriblemente.

"No dormiré y paradójicamente, como todo aquello que noto con detalle, sucede un hecho más convincente que mi yo interior, esto es, la sabiduría de la naturaleza:

"Resulta que hace una semana una mariposa negra y fea llegó a mi cuarto, la verdad no tengo agüeros de ninguna clase, pero si le tengo como miedo a toda clase de insectos que no tenga una forma apreciable o bella desde mi punto de vista, y, recordé aquel poema de Julio Flores de “La Araña”, que si mal no recuerdo en un aparte más o menos dice así “En el Laurel marchito de la corona vieja yace una araña que sabe que la odio por perversa con sus patas peludas y su cabeza negra”, pero al fin termina como agarrándole cariño y no la mata, pero tampoco la quiere, pero no quiere que se vaya, en como una aparente contradicción.

"Así siento con esa mariposa, yo pensé que se iba a morir pronto porque las mariposas por lo general tienen corta vida; pero, ya ha pasado más de quince días y no ha muerto, hoy en la mañana estaba en el baño y ahorita cuando comencé a llorar, sentí el aleteo en el techo y se posó arriba de mí asustándome, asimismo, logrando que pensara algo nuevo: que ella sin pensar, valga la redundancia, no quiere morir y se esfuerza, me imagino, hasta su último aliento para mantenerse con vida; eso me impone que debo esforzarme; pues si yo si pienso con mayor razón debo superarme; sin darme cuenta ella me alentó, que paradoja, no me gusta, ni la quiero ver y está arriba viendo como escribo en contra de ella; pero, pronto morirá y, ahora siento pesar por ella; sin hablar me enseña que sólo cuando la naturaleza se lo imponga morirá, que también sufre por cosas de la vida, por error tal vez, no está libre en la naturaleza, que un viento la trajo hasta mi cuarto quedando encerrada sin poder escapar, que ya no ha de ver más las flores ni su familia, ni sentirá el sol ni el rocío, que debe estar a la clemencia y a los desprecios míos y aún de ese modo, aguantará hasta donde pueda, ya que su terminación no depende de su querer, sino del creador de la naturaleza.

"Sé que no dormiré y me levantaré temprano, haré ejercicio para calmar los nervios por el terror que producen los opresores insensatos, le daré gracias a Dios por depresión, por mi otro yo, por haberme enviado la mariposa fea y espantosa, por mi familia, y hasta por el computador dañado. Me siento más tranquilo, pienso que cuando he tenido fiebre la he soportado, cuando tengo dolor de cabeza también, cuando estoy alegre lo disfruto; entonces, con la tristeza no debe haber diferencia en el trato, la debo tolerar y asimilar, se extinguirá cuando el cerebro cree resistencia, después de ello, seguro me haré más fuerte y humilde.

"En todo hay un pequeño avance, pues, de manera descoordinada y desorganizada trato de llevarle la contraria a mi patología y eso quiere decir que el nuevo circuito cerebral que se está creando prende un poquito, como las luces navideñas, a veces se apagan no lo puedo negar, pero no debe ser el circuito, sino algún intermitente que debo cambiar mañana cuando lo pueda ver bien; la instalación vieja pasó de moda y como tal no la quiero utilizar, porque además produce corto circuito en toda la casa de las emociones.

"Seguiré despierto viendo otras noticias, bueno las mismas pero más alegres y divagando, en todos los canales aparece Michael Jackson, excelente artista sin igual, me duele mucho su fallecimiento; pero a veces lo veo como el protagonista de la novela “El Retrato de Dorian Grey” con la diferencia de que no era mala persona, se debería analizar la moraleja de su vida, la falta de identidad, su inseguridad, trastornos sicológicos etc.., claro, con lupa constructiva y reconociéndole su excelente e inigualable legado de amor artístico, ese examen debe servir a futuro para no abandonar a estos seres excepcionales que tienen una vida compleja desde su propia vida y para reevaluar nuestra existencia como personas que a veces solemos identificarnos en esas necesidades de amor en nuestro núcleo familiar.

"No podía terminar esta misiva sin darle gracias a Dios y pedirle perdón por la locura; pero, como amigo le digo que me pone, por mi bien, en unas vainas que como humano no entiendo, sabes que soy imperfecto le digo, por eso, siento su perdón y me perdono, más adelante entenderé tu voluntad.

"Cuatro y treinta de la mañana, que Dios los bendiga, como más o menos dice el “Desiderata” que la vida con todas sus desventuras ande como debe andar, aún es hermosa, no soy menos que ninguna criatura en la naturaleza, merezco existir y esforzarme por ser feliz, así sea que me equivoque mil veces, tenga cien años ó sienta que estoy solo en la vida.

"Por último no voy a corregir nada porque cuando estoy triste no corrijo, porque entre otras cosas, la tristeza no debe tener buena presentación y si no entienden mejor, ha, y lean nuevamente el primer párrafo que invita a vivir porque me he superado en la crisis. Adios gente querida".

Invito pues, a sobreponerse en las crisis, en los momentos en que pensemos que estamos solos, ya que en ese instante es cuando más fuerte somos porque con nosotros está Dios, sólo basta soportar las crisis temporal; recuerden: A mayor el sacrificio en la vida, mayor es la recompensa de Dios nos tiene; ténganlo por seguro; nadie soporta un peso mayor al que puede cargar y tu Dios, sea cual fuere, lo sabe.