LA FLOR DE VERANO

En muchas ocasiones tenemos un amor imposible que se deseaba mucho, pero que conviene mantener alejado por el bien de todos, por principios morales, por amor a Dios y por respeto así mismo. El problema no es sentir, el problema no es querer, eso es natural y hasta placentero; lo que debe controlarse es el deseo desembocado hacia relaciones no saludables y perjudiciales para la familia y la sociedad. En tales eventos debemos sentirnos felices al controlar nuestros deseos y pensar que existe esperanza en el amor en otra persona que tal vez y si Dios quiere llegará para explotar todas esas lindas emociones. La sabiduría de las emociones hace al hombre prudente, querido, sabio, espiritual y humano, pues, hablaran su actos y no las palabras ni los instintos animales.

Aparece el verano oscurecido por las nubes que proclaman el invierno venidero, pétalos que emergen de flores escondidas, girasoles se inclinan para recibir el rocío, nubes se entremezclan para expulsar rayos resentidos.

Naturaleza en crecimiento, árboles taciturnos vestidos con hojas fúnebres se enternecen para recoger gotas de vida, tierra con olor a lluvia, hormigas que se esconden, pájaros que trepan, espectadores del fulgor, de la danza dormida. Se avecina por fin el néctar que germina el planeta, el mar espera caudales revueltos de promesas.

Visionarios todos de regocijo por los previsibles frutos que se esperan luego de la amarga soledad que lucía inclemente por el sol naciente del diario acontecer.Sollozan las flores al poner sus esperanzas en la primavera que después se acercará, cae el rocío pálido y flaco, descienden diminutas gotas del cielo de manera imperceptible, se preparan para la ambrosía del festejo, la tierra y la naturaleza quienes tomarán el licor de la emoción ferviente inesperada que llega, cuando fungían perdidos los sueños en el verano que cantaba alegre su victoria como si fuera de por vida.

Los pájaros en estampidas se lanzan al vuelo nuevamente ¡Qué horror las nubes se alejan¡ los rayos del sol encienden el cigarro del día, todo fue vana ilusión, utópica esperanza desahuciada, mentira emocionada, escasez de abundancia, vuelve la tristeza, se aviva el desconsuelo, reluce el verano inclemente con la soledad de compañía que nunca se alejó.

Pero ¡cuidado¡, dicen los cantores, en un recóndito lugar escondida de las caricias del sol, se cree que con el pequeño rocío alcanzó a germinar una rosa romántica con el polen atrevido del amor que poseía de antaño; por esto el verano teme su temporal despedida; infructuoso se torna el evitar la promesa del invierno, primavera y otoño; algunos se atreven a decir que vendrán ríos de fantasías y de pasión descontrolada, será difícil no imposible crecer en aridez, ya la flor tomó el polen del amor y la hará inmortal como ninguna, por los tiempos venideros, así lo promete a la naturaleza y al desconsuelo.

El illo