"LA FORTALEZA DEL SER HUMANO ES CONOCER SU DEBILIDAD; SI QUIERES SER FUERTE SUPERA PRIMERO TU DEBILIDAD" "EL ILLO"

jueves, 28 de mayo de 2009

PENSAMIENTOS RETRÓGRADAS EN PRO DE LA GLORIA DEL ANALFABETA CAMPESINO


Este escrito lo hago tal vez en forma de una crítica sarcástica constructiva ó por convicción reflexiva; quedará el camino de la vida para despejar la duda, que a su vez tengo el placer de compartirles.

Influido por el estado de ánimo que me genera este temporal situación particular de ver injusticias y no poder hacer nada, pido disculpa si me desvío de la motivación habitual para que me acompañen a expresar como hunano que soy, mis sentimientos por este día; ideas que seguramente no contituiran el perfil ni la orientación que se impregnan en la mayorías de los post.

pienso que la vida tiene sus paradojas que sólo Dios entiende; me refiero esta vez a la generalidad de los analfabetas e ignorantes, entendidos dentro de esta clase, sólo aquel grupo de personas que por diferentes circunstancias de la vida no conocen ni comprenden, ni presumen saber cómo funciona el Estado ni las relaciones humanas en su estructura política y económica.

Resulta que en este país Colombia, aunque suene irracional, las personas más felices, entendido como un estado emocional y espiritual en armonía con el ser, son aquellas que he mencionado en el párrafo anterior, lo que me hace recordar un poema que en otrora leía, se titulaba “Si quiera se murieron los abuelos”, no recuerdo su autor, pero si su contenido, refleja la crítica del poeta respecto de que sus ascendientes afortunadamente no observaron las barbaridades de esta época. Claro que no considero que los tiempos anteriores fueran mejores porque la barbarie social siempre ha existido, sólo va cambiando de rótulo político para mantener engañado al pueblo; sin embargo, la parte que recojo de esa poesía es la referente, no al pasado, reitero, sino a los personajes centrales del poema; esto es, a los ancianos del viejo Antioquia que trabajaban cultivando y arando el campo, hombres y mujeres que aún permanecen en gran parte de nuestro territorio, ya sea en las zonas rurales ó en la ciudades por haber sido desplazados de sus tierras de origen.

En ese contexto, merece recordarse que Jesucristo, además de divino es sabio, dijo que era más fácil que un pobre entre al cielo que un rico en el ojo de una aguja (sin adentrarme al tema teológico de lo quiere decir el ojo físicamente en ese tiempo), comprendo particularmente al rico no al que posee riquezas o dinero en abundancia, sino al que tiene poder injusto, desigual y egoísta, que en muchas ocasiones mantiene su posición dominante a través de sus hijos estudiados, que a su vez utilizan las fuerzas oscuras de la patria.

Los campesinos son personas que trabajan felices en el campo, que aran las tierras de las que sacan su alimento directamente o indirectamente por medio del trueque con otros campesinos y, además, cuidan la naturaleza; muchas veces no entienden que sucede con el país, se mantienen aislados de la moda, de lo material, de lo superfluo. Se acuestan cansados y felices con su familia conformistas con lo que diariamente logran extraer de la tierra o con lo poco devengado gracias a su esmeradísima mano de obra.

No saben de comunismo, capitalismo, socialismo y la verdad no les importa conocer a esos señores, no les preocupa si la moda actual viene de Italia o Francia, con sus botas, machete y vestuario de conformidad con el clima, se sienten satisfechos.

Muchas veces desean que sus hijos estudien por antonomasia, no saben porque deben estudiar, lo que si observan es que cuando sus hijos regresan del colegio vienen con modales peores a los de sus comportamientos con los antepasados. En fin, la felicidad de ellos es vivir por disfrutar sanamente la vida, no por materialismo, sino por preservar un don preciado. Su humildad es digna de respeto, a cualquiera que vean bien vestido le llaman respetuosamente Doctor y lo atienden como si fuera un Rey.

La verdad, no tienen resentimientos con el Estado ni con mandatarios, pues, no entienden de política ni de explotación ni de economía; eso sí, son magníficos ecónomos, me pregunto ¿cómo pueden vivir con lo poco que devengan?.

Antes pensaba que se les debía despertar ó quitarles esa venda de los ojos para que entendieran su explotación, para que progresaran y protestaran para obtener justicia social, es más, consideraba iluso e ingenuammente que la izquierda radical hacía bien en esa misión.

Hoy todo cuan distinto, pienso que ellos, los viejos campesinos, no deberían perder su ingenuidad; pues, que utilidad obtendrían de ver la inmundicia del progreso, de la modernidad, del egoísmo, de la insensatez, del abuso del poder, de la explotación y, lo peor, que se vean avocados a participar en esas conductas; prefiero que mueran felices en su limitado y pequeño mundo.

Me dirán que es una visión negativa de la vida; por lo contrario, lo analizo de manera positiva, debo ser realista con las circunstancias actuales, que no son idóneas, desafortunadamente, para hacer un cambio pacífico en la sociedad, como debería hacerse, Dios quiera que se pudiera lograr, pero aún la aristocracia maneja a la burguesía y ésta su vez al pueblo, como en casi todas las revoluciones de la historia, que al fin y al cabo nunca se han iniciado por beneficio del pueblo, más si se le ha utilizado emotivamente para montar en el poder a determinado grupo que olvida sus promesas y, por otro lado, la guerrila perdió su norte y su origen y no parece reencontrarlo con actos repudiables .

Recuerdo un profesor que se llamó o se llama Jacobo Pérez Escobar, un gran jurista y exmagistrado de las altas Corporaciones a quien le hice la siguiente pregunta: ¿Doctor usted cree que Colombia pueda cambiar?, a lo que me respondió con su voz tenue por su vejez y por su timbre de voz natural: “yo soy optimista relativo y realista, el cambio en este país solo puede darse en sesenta años a partir de que se inicie una educación integral por parte del Estado con principios morales, democráticos, de soberanía y de justicia social y hasta ahora-decía- ni siquiera hay visión futura del comienzo de esa educación”.

Me pareció más que realista, responsable su respuesta, aunque sinceramente pensé que ya estaba viejo y le faltaba el impulso del joven; ha transcurrido 10 años desde ese acontecimiento y creo que aún estoy joven; pero ahora reflexiono de que las emociones, las energías y el desespero por cambiar las cosas, no la hacen cambiar porque así uno lo desee; a veces es peor, se termina empeorando las situaciones ó alimentando la rebeldía sin bases sólidas y sin formación que es lo peor que puede pasar y, de otra parte, el caudillismo como se ha visto no es viable en este país.

Conozco que hay muchas personas que piensan que podemos hacer el cambio a través de las próximas generaciones, lo que no niego; que existen modos, formas, estrategias para cambiar, tampoco lo desconozco ni es el tema de este escrito y es el objetivo de este blog.

A lo que me refiero es que esa intención de cambiar las cosas lleva consigo también amargura e impotencia en este país por ver como mero espectador injusticias y barbaridades sin poder hacer algo, pues, correría peligro nuestra vida; Simón Bolívar, independientemente de sus errores históricos que en mi apreciación requieren otro espacio, murió decepcionado y triste al observar este país, que en verdad actualmente no ha cambiado en lo absoluto, no es independiente, donde el paramilitarismo, los militares, el gobierno- terratenientes, son uno solo (válgase con respeto la expresión tres personas distintas y un solo Dios verdadero), la izquierda con retórica buscas sólo el protagonismo individual; todo ello hace infructuoso cualquier cambio inmediato; de otro lado, resuenan en mis oidos las palabras de un viejo sabio que decía "que desgracia la de este país que ni la guerrilla le ha servido" y es completamente cierto; sin embargo, esa es la tarea, el castigo y la cruz que debemos llevar en nuestras espaldas, pero ello no significa que le amarguemos la vida a otras personas que deberían morir felices. Los llamados al cambio somos nosotros a partir de nuestras vidas.

La gran tristeza de los desplazados no es el abandono de los bienes, ni de la tierra en sí misma, sino el miedo y angustia de enfrentarse con esta sociedad que desconocen y en la que se sienten que no se acomodan, que los desprecian, que los discriminan, que son objetos de burlas; no tienen acceso al Estado y, por contera, pierden su dignidad, bien que en mi pensar es más valioso que la vida.

Esa felicidad del analfabeta el sabio la desea, la ignorancia es su felicidad y éxito, la cultura genera impotencia al hombre instruido crítico ó le produce sentimientos de culpa por sentirse en una triste cobardía.

Concretaré mis argumentos: Los niños todos deben educarse, algunos tendrán capacidad para analizar y ver la realidad, la mayoría seguirá este circo; pero de mi parte nunca le recomendaré a una persona mayor de 50 años que se eduque, mal le haría, más bien les aconsejo que se acerquen a Dios y que se sientan satisfechos por sus vidas.

Ya me ha ocurrido en varias ocasiones, he tropezado con señores de avanzada edad en ámbitos muy cerrados que, por razones de conveniencia posteriormente describiré, que me han dicho “Don Mario antes de morirme desearía leer y estudiar para entender los periódicos”, ¡imagínense la razón por la que quiere leer, sin comentarios ¡. Otros que por primera vez llegan a la ciudad me han dicho “cuando será que me puedo compra un animal de esos” refiriéndose a las camionetas últimos modelos y, a pesar de ello, son felices, orgullosos de ser o hablar de ese modo, razón por la que he tomado la decisión de contestarles “Mire para que va a estudiar, más bien piense como se reubica en otra tierrita ó les digo miren no desee esos bienes no saben lo bendecidos que están ustedes cuando sus esposas y amigos lo quieren tal como son y les termino diciendo “no abran la caja de pandora en sus vidas” y obviamente me toca enseñarles la mitología griega y explicarles quien fue Pandora y lo del cofre y ellos alegren después me contestan “Tiene razón mi mujer me quiere sudado, cortando monte y sin plata y mi familia también, no sea que se conviertan en otras personas como mi compadre fulanito o mi amigo sutanito”.

La verdad no me siento bien en tratar de enseñarle a esas personas como han sido maltratados toda su vida por el Estado y por nosotros mismos, ello conduce a crearles resentimientos y malestares y, lo peor, que nunca van a entender las cosas como verdaderamente son, les basta encender el noticiero del día y quedan hipnotizados con mentiras.

De lo que soy testigo es que son felices; una anécdota que tengo de tantas que me han pasado en mi corta vida y en este ámbito en especial, es que conocí a un señor Pastuso, por cierto es casualidad lo de su origen, y delante de él un niño me pregunta ¿Don Mario me pusieron una tarea, entre otras cosas niño que le quitaron el estudio argumentando que era por seguridad, lo que me llama la atención es que no hacen lo mismo con los hijos de Uribe, bueno volviendo al punto me pregunta ¿en cuántas partes la línea del Ecuador divide la tierra?, a lo cual conteste: “En dos partes nena”, eso para que fue, llegó el campesino y prácticamente me gritó y me dice, palabras textuales: “Mire doctor me da pena con usted pero Ecuador está allí mismo y eso no puede ser, hay no hay división de ninguna clase, ni en la frontera y yo si se de eso porque paraba por allá?, motivo por el cual procedí a explicarle que era una línea imaginaria, más o menos le informé al respectó, a lo que volvió a contestar “Ahora si se hizo entender, entonces ponga allí en la plana que además de esa línea las divisiones son imaginarias también, lo que yo no se es quién se las imaginó porque en mi tierra nadie piensa así y eso que por allá si hay fantasmas y-prosigue- Doctor disculpe pero usted sabe que a mi me atropella la tecnología, de vaina cojo el tercer milenio (entiéndase Transmilenio)”, ese hecho sinceramente me causó risa no por lo dicho, sino por su ingenuidad y la forma como expuso sus ideas y el modo tan bonito como analiza la vida; entonces le dí una palmada en el hombro y le dije que no se preocupara y no seguí hablando para no hacerlo sentir mal.

En otra ocasión otro señor de edad levantó a todos los huésped como a las tres de la mañana argumentando que le dolía el corazón y tenía miedo, el hijo que estaba en otro cuarto le pregunta ¿papa que se siente? y el viejo contesta tocándose el pecho: “me duele aquí en el corazón” el hijo le inquiere al decirle “papa hay no queda el corazón ese es el lado derecho”, el señor sorprendido pero con un semblante diferente dice “Entonces será un viento hablamos mañana porque ya es muy tarde para estar hablando” y se fue a acostar, quedando todos sin sueño a esa hora y mirándonos las caras.

Lo relatado no es para burlarse, sino para reírse y asombrarse de la felicidad que tienen esas personas, quienes, aunque no lo crean, tienen más “chispa” o improvisación intelectual que el instruido y, además, expresan pensamientos profundos sobre la vida en su particular forma de hablar, a la que a uno no le queda otra opción que sonreirse al escucharlos.

La verdad no logró determinar si hubiera querido ser un ignorante feliz que un instruido impotente y, adicionalmente, con los errores que conllevan el ingresar activamente a esta sociedad de los espejos. Sólo lo sabe Dios, por mi parte en lo que pueda intentaré pacíficamente aportar un granito de arena para que cambie este país, obviamente primero debo cambiar yo, valga la redundancia en reafirmar la primera persona del singular, pero debo hacer énfasis en que debo empezar por mí y así lo sugiero que se analice. Lo que sí puedo hacer en este momento es no amargarles las vidas a quienes, sin ver la realidad, pueden morir felices.

El Illo

4 comentarios:

ALVARO dijo...

Después de analizar las difentes teorías sobre la felicidad, se puede llegar al sacrilegio moral de estar de acuerdo con Epicuro, no por el fondo de sus conceptos sobre esta. sino desde la forma, desde el punto de vista cuantitativo o temporal

Creo que no se puede concebir, que exista realmente una felicidad constante, sin variantes de forma, fondo y tiempo, como lo pregonaba Aristóteles. “No hay nada que pueda sernos agradable siempre.”, Aun cuando Albert. Einstein, descubrió la teoría de la relatividad, en el sentido que “ nada es absoluto, todo es relativo”, aplicable sólo a sistemas de referencia inerciales, creo que esta teoría, es aplicable al concepto de felicidad, porque esta cambia inclusive de acuerdo a quien la conciba.
Se pueden tener momentos de alegría de felicidad, pero estos no pueden ser constantes, entonces, la felicidad vendría a ser una cadena de hechos que nos satisfacen permanentemente... pero estos hechos o placeres encadenados que nos producen felicidad dependen de la subjetividad de quienes los sienten y los consideran como tal.
Ahora hay quienes sienten felicidad, de haber padecido un dolor, pero de haber conseguido a través de ese sacrificio lo que perseguían.( el caso de Jesucristo)

Volviendo al ejemplo del campesino, que vive en su parcela, sin luz, sin televisión sin tener los adelantos de la ciencia y es feliz, se podría pensar que lo es, porque no conoce la necesidad de tener esos adelantos, pero también puede darse el caso del campesino que si conoce esos adelantos, esas comodidades, las ha vivido, sin embargo es feliz sin ellos, porque mentalmente se ha preparado o se ha visto inducido por las circunstancias para aceptar con gozo esa vida, aquí cabría el concepto de Platón “de haber sido educado desde joven para saber cuándo y cómo conviene sufrir o disfrutar, pues igual que hay acciones nobles y acciones indignas, podemos decir que hay placeres nobles y placeres indignos.”
Por lo anterior es que considero que la felicidad, es subjetiva y depende de lo que cada persona entienda como tal y puede sentirla el analfabeta, que se cree feliz en su ambiente, aun con precarias condiciones que no le permiten una vida digna, según concepto de otras personas, diferentes a quien se cree feliz, tanto como el sabio, que considera que la felicidad consiste en el saber, según teoría de Aristones, no importa la comodidades personales, contrariando la teoría del placer, cuando nos enseña “ No hay nada que pueda sernos agradable siempre.”, como el placer es emifero, no puede ser sinónimo de felicidad, en este caso, esta también sería efímera y dejara de serlo por sustracción de materia, además cuando llegamos a un placer, no estamos exceptos de buscar otro diferente, lo que nos indica que este no puede ser la felicidad, porque habrían tantas felicidades como placeres consigamos.
Considero modestamente que la felicidad es un estado anímico, un estado del alma como dicen los católicos, que podemos lograrla ,, aun en situaciones difíciles, porque esta no depende solamente de lo que podamos conseguir, que nos satisfaga o nos guste, de los placeres sino del concepto que tengamos de ella. San Pedro Claver, era feliz, curando y lamiendo las llagas a los esclavos en Cartagena, Vaya que felicidad ¡pero para él lo era.

BLADIMIR dijo...

Me parece interesante tu escrito y aunque no lo creas es una idea que todos los días me rondea en la cabeza. Cuando le estoy dictando la clase a mis estudiantes sobre la acumulación de capital y los mecanismos que ha utilizado el hombre a través del tiempo para acumular riqueza siempre hay guerras, masacres, violencia, crisis y no veo la felicidad.

Entre tanto cuando estaba estudiando en el pregrado muchas veces fui a taganga y me parecia muy interesante el estilo de vida de ese pueblo de pescadores, se levantan bien temprano o en la madrugada, se internan en el mar dejan sus redes y se devuelven a jugar, comer, divertirse, estar con su familia en fín una cantidad de cosas aparentemente sencillas pero en las que se encuentra mucha felicidad. siendo las 4 de la tarde o un poco antes retiran las redes y se reparten el producto de la pezca entre todos y no afanes, problemas de conflictos de intereses o rechaso entre ellos.

Mientras tanto en el mundo en que vivimos influenciados bajo el paradigma de la sociedad de consumo tenemos que estudiar unos 25 años para poder llegar un fin de semana a la playa y hacer los que ellos hacen durante toda la vida.

Todo esto me pone a pensar que le voy a enseñar a mis hijos si algún los llegare a tener, sera que es mejor que sean felices desde niños sin hacerle daño a nadie o ponerlos que cumplan el ciclo y qden en la incertidumbre en la q vivimos.

Termino con un cuentecito. Cierto día un adinerado capitalista gringo llegó a Taganga y vió a un señor acostado en una hamaca con una cerveza al lado un radio y una muchacha sentada en una silla, y con su acento ingles lo criticó fuertemente porq se encontraba en ese estado y lo increpó a formara una empresa y aprovechara los recursos disponibles en especial las especies marinas y las exportara y buscara nichos del mercado en el mundo y estudiara y se especialzara en la producción de bienes a partir del pescado, lo cual le iba a facilitar tener un suficiente capital y poder descansar y tomarse unas vacaciones como lo estaba haciendo él.

A todo lo anterior, el señor que estaba en la hamaca de una manera muy tranquila y relajada le respondio que no tenia necesidad de hacer nada de lo planteado por el gringo, debido a que él ya estaba disfrutando de las mismas vacaciones por un periodo mayor y con el minimo esfuerzo.

PACHO dijo...
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ROSA dijo...

ESTOY COMPLETAMENTEDE ACUERDO YO SIEMPRE HE PENSADO QUE ESO ES ASI PORQUE ES LO VERIDIDO CON MAS DICHA EN LA VIDA. LA GENTE QUE NO HA ESTUDIADO PORQUE ES ANALFABETA VIVE SIN ESPERANZAS DEL MUNDO PERO TIENE UNA VIDA FELIZ, PUES, TODO LO QUE PINSAN CREEN QUE ES ASI Y TIENEN MAS FE QUE UNO ES MAS EN LAS COSTUMBRES

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