"LA FORTALEZA DEL SER HUMANO ES CONOCER SU DEBILIDAD; SI QUIERES SER FUERTE SUPERA PRIMERO TU DEBILIDAD" "EL ILLO"

martes, 26 de mayo de 2009

RÉPLICA ENTRE LA NATURALEZA Y MI MADRE


Para mi madre y todas las madres adultas.


Mi querida vieja, rodea tu cabeza el espiral blanquecino de cabellos tal fuera la nieve que al llegar el verano y al pasar el invierno sollozando se derrite desde la templanza de los páramos sombríos, así es tu amor inconmensurable que con el decurso de los años conmueve los rígidos y frescos sentimientos de tus hijos al sentir en el alma el raudal torrentoso de cariño que brota de tu melancólico y extraordinario corazón.

Emerge entonces la creciente de los ríos que buscan sus primitivos causes desbordándose por cercas y murallas, ocupando las tierras que les pertenecen, sin importarles las cosas que en medio se hayan, derribándolas con suma violencia natural; amor de madre que al indicio de afectación a tus hijos dimanas gritos y fuerzas de amor inexpugnable contra sus enemigos, descendencia que proteges y recoges en tu regazo sin razonar, ni sobre sus actos realizar juicio.

El tiempo pasa madre, a veces te afliges, te entristeces, te cundes de pánico al pensar en el designio inexcusable por el que tenemos que atravesar sin compañía; tu amor por nosotros en ocasiones te acobarda sin pensar en la vida que aún tienes como llama ferviente que enciende los corazones de tus hijos, que además necesitan en silencio el calor de la ternura y buscan en ti el ardoroso amor que no desprende rencor o juicio alguno, tal fuere leña que prende sin arrojar humo; la creciente aminora su fuerzas descendiendo de forma natural desembocando en su recorrido cada vez más por las estreches forjándose en rápido riachuelo que busca su final, pero sin extinguirse cunde todo de savia al pasar por la naturaleza y por donde a de recorrer, dejando en aquellos terrenos fertilidad y retoños de los frutos que en abundancia crecerán.

El veloz descenso se convierte en línea de agua de color turbio que el sol parece eliminar, pero al encontrarse con otros de la misma propiedad en virtud de la desigualdad de niveles de la tierra, se unen y fundan nuevamente el rio que otro nombre han de llamar, remolinos se forman por las vertientes que al unísono llegan a formarlo cuando parecía extinguido; madre no pierdas la fuerza por sentir que tu cuerpo no responde como siempre, porque el amor que ofreces es perdurable y eterno, por cada cabello nacarado por el tiempo, mil afectos brotan de tu corazón porque ¡cuando piensas que tu vida termina¡, sientes lo contrario al ver como se prolonga con cada felicidad de tus hijos, cada risa de nosotros es una alegría que percibes como propia, esa unión natural de amor te acompaña fungiéndote en madre perseverante que lucha, se esfuerza por trasmitir esperanza cuando están perdidas, en ese momento naces, te fortaleces y pidiendo al Dios santo, luces nuevamente, después de las agonías, en árbol fuerte como el roble que sobrevive al tiempo; te obligas a dar ánimo a tus hijos porque sabes que tu tarea nunca termina y no sobra consejo ligero u oración frecuente por la salvación de nosotros, quienes también así lo conocemos por más que expresamente no lo digamos ó porque el afecto sea elocuente, hay cosas en la vida que se escuchan y responden por comunicación divina entre madre e hijo en que, donde a veces, la palabra no se necesita y estorba esa unión tan enérgica y necesaria cuando se cree que todo está perdido.

Mi querida vieja, es cierto, los tiempos no son los mismos, te conocí aún joven con tu cabello casto, con tus fuerzas radiantes; se ha blanqueado tu corona, se ha aminorado tu temple, tus lágrimas desembocan con mayor facilidad al espejismo de la laguna de tristezas y soledad, no lo puedo negar, que todo lo dicho es cierto; pero tampoco es obstáculo para decirte con amor, que eso no es consuelo, que tu vida no termina, que no eres cobarde, que la gallardía se mantiene en los insucesos con asombro de tu fe y esperanza, que también es verdad que te has hecho santa madre querida; no te das cuentas acaso, que eres luz para tus hijos ciegos, que eres amor sin límites, ni condiciones, que eres el perdón divino, que eres la llama viva de la esperanza por otros perdida, eres tierna, eres niña, eres en una sola palabra MAMA, ¿eso no te reconforta? haber llegado a santa en vida, ¿no son esas virtudes que siempre perseguías?, Dios te quiere, te ayuda y la santidad se consigue con actos y conductas en cualquier momento de la vida; surge nuevamente el rio crecido, refulge con su corriente veloz y su interior espeso que conturba, asombra por su grandeza, recoge en su seno las afluentes perdidas, remolinos sonrientes en su profundidad ocasionan pánico a quienes estupefactos lo miran, el respeto por su gloria no se ha perdido; quién diría que el rio pierde su esplendor al encontrarse en su recta final, se expande, se robustece, la profundidad es temida, la belleza es recordable por quienes los observan, no muere, no se extingue, se mezcla con pasividad con otras aguas en espacio eterno sin límites, sin obstáculos, encuentro plácido para seguir el decurso de la vida sin revuelos, el rio, en otras palabras, al así fusionarse se convierte en uno sólo para siempre, sin estrechez ni ataduras, fluye lentamente al ritmo de los vientos y de la atracción amorosa de la luna.

El mar es inescrutable, misterioso, ilimitado en el tiempo, no olvida las fuentes que recoge a través de la naturaleza, se hace cada días más fuerte, nunca se seca, no se acaba, ni a ello le teme, precisamente porque tampoco influye en su torrente el pensar que las caricias de la lluvia, el amor de los ríos se llegare a acabar, es para el mar un constante devenir de vida y furor que jamás se extinguirá, es cosa dada por Dios que embellece el Planeta y hace vibrar a quienes aún tenemos vida sabiéndola valorar; no te aflijas madre querida porque ha pasado el tiempo y estamos lejos, no temas, no pienses en lo que te desvela, no alimentes a tus miedos, nada se ha perdido y mucho hemos ganado, Dios está de nuestro lado, por tanto, es suficiente y el resto no tiene importancia, vendrá, de ser bueno, por añadidura; eres mi madre, la mujer pura que Dios le da fuerzas para abrazar las espinas plegadas a sus hijos, la que daría mil veces su vida por nosotros, la cara de la paciencia hecha mujer, la sonrisa graciosa inmemorable que permanecerá para siempre en mi mente, el humor sarcástico proveniente de tu natural, inmensa y extrovertida inteligencia.

No te desanimes madre, porque si Dios me preguntara ¿si quiero verte joven?, mil veces diría NO, quiero a mi anciana querida, a mi madre perfecta que solo los años la ha bendecido como obra de arte que se embellece cada día cuando su autor la retoca y esculpe; no hay mejor dicha de tener a mis padres ancianos y lúcidos, son la sabiduría y el amor sincero inmunes a los ataques de los mentiroso sentimientos, observan una verdad en medio de millones de mentiras como una aguja en el pajar, como el leopardo a la gacela enferma entre las otras, como el ciego al leer con los dedos, como el águila que ve desde las alturas al pez en el agua, como contar tus dedos, tienen coraza en la que no penetra la espada filosa que sólo corta la armadura desordenada del joven; la vejez es el mejor momento de lucidez de la vida, tal vez por eso, nosotros los jóvenes insensatamente no la comprendamos y despreciamos, pues, persona alguna puede darle valor a lo que para todos valor no tiene; sin embargo, son gloriosos ya que tampoco existe alguien que pueda quitarle las rayas a la cebras, pintarlas sin logro perdurable se podría a lo mucho, no decaigas mama por estar en el mejor momento de tu vida, sólo debes darte cuenta; el mar se pasea en todos los lugares de la tierra llevando vida a todas partes, no se amilana porque en alguna ocasión esté en absoluta calma, revienta sin previsión sus olas alegres que cantan con los vientos en las tormentas fulgurosas que confirman su poderío y vida cuya presencia no tiene amo, ni ha podido ser dominada por ser diferente a Dios, dándole justo castigo a quienes de imprudente lo retan y desatienden la creación del Divino, su edad es incalculable al igual que la de la luna y las estrellas, no les importa la risa burlona de los humanos, por estar encima del mal, de esos niveles de desprecio y al notar que sin su vejez lenta y progresiva no hubiese vida en este planeta.


Momentos hay en que el mar se queja con bravura en las tormentas, al no poder tener cerca a su enamorada la luna, pero se tranquiliza al contemplarla de lejos y tener la certeza de que su amor es eterno así como sus miradas en las noches en que aquella a pesar de las molestias de las nubes, lo calma diciéndole con su luz que está viéndolo para siempre; no sufras por tu males, no desanimes, no eres molestia para mi, por el contrario, tus quejas son amores a mis oídos, es seguridad de que tengo conmigo, es dulzura del llanto del recién nacido en el espacio y tiempo retrovertido; no llores te lo pido, petición que es inoportuna, pues, tal vez te haga brotar una lágrima de tus hermosos ojos; yo estoy presente y lucho para verte, ahora lucha tu también hasta que no tengas aliento porque te necesito, debo seguir con mi madre, sabes que sin ti me derrumbo, no desmayes; tú eres para mí la representación de Dios en la tierra y la persona que más quiero en el mundo.


Atentamente,



El illo

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